Otoño del 1997
Niña Carmen Yo me casare contigo niña bonita, yo te quiero desde el momento en que te vi, si, justito cuando viniste ese día a la escuela, llegaste tempranito a las clases y yo te recibí primerito, me miraste con tus ojitos de niña sola, me preguntaste muchas cosas que yo apenas conocía, me preguntaste acerca del profesor, de nuestros compañeros, de mi. Yo te invente cuentos para sorprenderte y no que mal. Pero mis inventos eran tan sinceros que yo también los vivía en mi corazón, después te miraba de mañana y de tarde, te buscaba en tu salón solo para verte, varias veces te escribí, te dije Carmencita mañana vas a venir?...y tú me mirabas con tu sonrisa que me hacia vivir de alegría, me decías claro que si, y te ibas, …yo caminaba muchas cuadras solo para verte desde lejos, y un día llegue hasta tu casa y cuando volviste hacia mí me dijiste que haces?...yo casi colorado te respondí que solo paseaba cerca de…ti , tiempos después me quisiste con ternura niña Carmen, me querías como tu mejor amigo, me abrazabas, jugabas conmigo, te paseabas por muchos lugares, me mirabas raras veces, y a veces bailabas para mí una música o de de saya o un huaynito , ay, pero que bonita lucias ese día, yo estaba alentándote, como te quiero niña Carmen, …así poco a poco nos fuimos enamorando, ay niña Carmen, yo te dije un día, que yo me casare contigo, y tu solo sonreíste, ….ahora hay tanta distancia entre nosotros, solo queda miles de arbolitos entre tú y yo, tú sigues estudiando en la escuelita …yo me fui a una ciudad más grande, pero niña Carmen, si tu amor persiste en quererme y el mío también, estoy seguro que yo me casare contigo niña Bonita. Escrito en el 2000 Por Edwin Jhonnatan
…a Soledad
Niña preciosa, tú te escondes sonriéndome, te escondes detrás de ese árbol, de esa piedra, de ese morro de tierra, y cuando yo te descubro, tu vuelves a sonreírme, a mirarme, a eclipsarme… Oh niña risueña, niña de sonrisa helada, de melenas frágiles y mejillas blancas, si supieras cuanto te quiero, cuanto te adoro, y estas acá mirando el cielo suspirando, y miras allá, a lo lejos, donde las nubes se desenredan en mágicas figuras, allá, donde el viento enrosca las aves taciturnas, allá, donde tus ojos se vuelcan y dejan inmóviles el aire del infinito,
…nuestro paseo
La flor, las hojas, la leña, se quedan inmóviles mientras caminamos sin rumbo por aquella delgada línea de tierra con debilitada luz, miramos aquellas viejas casas hechas de piedras quebradas por el tiempo y moldeadas por manos intranquilas, a veces alguien se acerca y nos miran con sus ojos casi tristes y a veces con sus ojos redondos, cuan alegres, no conocemos que penas carcomen sus corazones, solo nos queda mirarnos confundidos como en cierta canción de invierno que aun emite alientos de vida.
Yo te contemplo dulcemente, tu imagen juega en mis horas como un ajedrez interminable.
…despertando
Ese callejón hecha de piedras semiclaras fue testigo de nuestras primeras sonrisas, de nuestra primera mirada frente a frente; esos árboles que apenas mostraba sus hojas casi moribundas fueron nuestras primeras hermanas que se ganaron nuestra confianza, cuantas veces simulábamos descansar en sus pies y soñar con grandes aves de varios colores; esa casita de barro que votaba su casi escaso humo cuantas veces la miramos juntos y nos recordaba tantas cosas … cuantas veces me dijiste que querías subir a ese cerro donde solo cantaban las rocas, cuantas veces me dijiste que querías llegar a aquella laguna pálida para conversar con las aves que viven con ella, cuantas veces paseamos por aquel silencioso rio que solo hablaba con nosotros
Te quiero soledad, te quiero desde que te conocí, desde esa mañana, desde esa tarde, se hacen eternos los minutos, las horas, los días que nos separan…
1 comentario
niassy -